sábado, 22 de diciembre de 2012

Fin del mundo

Y pasó el día, pero el mundo no tocó a su fin.
Asco de vida...

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tres meses

Tres meses obligándome a no escribir, sin sacarte de mi cabeza ni uno sólo de los días, pensando en ti cada una de las noches antes de dormirme...
Y cuanto más intento aguantar, más difícil se me pone: llevo cuatro días levantándome con una canción en mi cabeza, justo la parte que dice:

My heart cries out for your heart,
I'm lonely but you can save me;
my hand reaches out for your hand,
I'm cold but you light the fire in me.
My lips search for your lips,
I'm hungry for your touch,
there's so much left unspoken,
and all I can do is surrender,
to the moment just surrender. 

Mi corazón clama por tu corazón,
estoy solo pero tú puedes salvarme;
mi mano trata de alcanzar tu mano,
tengo frío pero tú enciendes el fuego en mí.
Mis labios buscan tus labios, tengo hambre de tocarte;
queda tanto por decir,
y todo lo que puedo hacer es rendirme,
por ahora sólo rendirme.

 

viernes, 27 de julio de 2012

El tiempo tuyo



El ritmo no puede parar
y tú eres dueña de mi final,
marcando horas de otro mundo

El tiempo calla cuando suena el tic-tac,
la vida corre sin tus agujas.
El tiempo calla cuando suena el tic-tac,
la vida pasa si no hay compás...

"El tiempo tuyo" - Skalariak

martes, 26 de junio de 2012

La vuelta al mundo



Yo soy la vida que ya tengo,
tú eres la vida que me falta.
[...]
Yo era un objeto esperando ser ceniza;
un día decidí hacerle caso a la brisa,
a irme resbalando detrás de tu camisa.
No me convenció nadie, me convenció tu sonrisa,
y me fui detrás de ti, persiguiendo mi instinto...

"La vuelta al mundo" - Calle 13

martes, 22 de mayo de 2012

Quise ser

 
Quise ser pared para llevar en mi piel un mensaje rebelde,
el que todos ven pero nadie atiende.
Quise ser moribundo pa poder elegir,
cuando me canse del dolor de cabeza y me vaya de aquí.
Quise la brújula que marca el sur
y me quedé en el norte para toda la vida.
Quise ser el barco en la botella
y un mar imaginario en calma
y cantar con sirenas.

Alguien se dedica a joder los sueños ajenos,
que la música ya no cabe;
la calle, la plaza ya no cabe;
un poema triste ya no cabe;
sólo veo azul por todas partes,
sólo veo azul por todas partes,
sólo veo azul por todas partes…

Quise ser respiro: un segundo limpio de impurezas,
de las rarezas del aire implantado sin miedo.
Quise ser veleta pa echarme unas risas y confundir
a aquellos que llegan siguiendo el viento,
y el viento se acaba aquí, aquí, aquí, aquí…
Quise ser acera o esquina comprometida con la calle,
y me encontré perdido entre asfalto: la prohibición por señales.
Quise ser la sonrisa de una gran revolución,
y me quedé sentado soñando de impotencia sin ver solución.

Alguien se dedica a joder los sueños ajenos,
que la música ya no cabe;
la calle, la plaza ya no cabe;
un poema triste ya no cabe;
sólo veo azul por todas partes,
sólo veo azul por todas partes,
sólo veo azul por todas partes… 

"Como barco en la botella" - Iratxo

martes, 15 de mayo de 2012

Creo que nunca lo conté, pero esta fue la banda sonora de la primera vez que fui a visitarte, allá por el año 2000...
Es una canción que hasta ese momento había pasado prácticamente desapercibida en aquella cinta de "El último de la fila" pero, no sé por qué, de camino a tu casa me dió por escucharla un montón de veces.
Curiosamente, con los años, la letra cada vez tiene más sentido. Tal vez sea el destino del que me hablabas...

sábado, 21 de abril de 2012

Vivir cantando



No quiero que me cuentes, prima, que duermes caliente,
no quiero que me digas que ya no piensas en mí.
Sólo quiero que sepas, vida, que no me arrepiento
del haberte conocido y de haber sido para ti
lo primero, lo segundo y lo tercero,
y el que te robaba besos antes de irte a dormir.

No pretendo que me tengas pena,
ya somos mayorcitos para poder elegir.
Yo no te olvido porque no me da la gana...

[...]

Y recordar las cicatrices de tu piel
para cantarle a los borrachos lo que nunca pudo ser.
Y de lo nuestro sólo queda esta canción
y una foto ya olvidada en el fondo de un cajón.
Yo no te olvido porque no me da la gana...

[...]

Aunque no vuelva a acurrucarme entre tus piernas,
y no recoja las flores de tu jardín;
aunque no vuelva a verte...


Los impagaos: "Vivir cantando"

jueves, 29 de marzo de 2012

Patience



Como el vídeo tiene unos cuantos pequeños errores, pongo una traducción bastante más correcta:

http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Patience_4264.htm#

domingo, 11 de marzo de 2012

Auri

Había calculado que Auri solo tenía unos años más que yo; en cualquier caso, no podía tener más de veinte. [...]
No le gustaba el cielo abierto, ni la luz intensa, ni la gente. Deduje que era una alumna que había enloquecido y que se había escondido bajo tierra antes de que pudieran encerrarla en el Refugio. No sabía gran cosa sobre ella, porque todavía se mostraba tímida y asustadiza. Cuando le pregunté cómo se llamaba, salió corriendo, se escondió bajo tierra y tardó varios días en volver.
Así que le puse un nombre: Auri. Aunque en secreto pensaba en ella como «mi pequeño duendecillo lunar».
Auri se acercó un poco, se paró, esperó y dio unos pasitos más. Repitió la operación varias veces hasta que se plantó delante de mí. Se quedó quieta, con el cabello esparcido alrededor de la cabeza como un halo. Puso ambas manos delante de la cara, justo debajo de la barbilla. Estiró un brazo, me tiró de la manga y volvió a retirar la mano.
—¿Qué me has traído? —me preguntó, emocionada.
Sonreí.
—¿Y tú? ¿Qué me has traído? —bromeé.
Auri sonrió y alargó una mano. Vi brillar algo en su palma a la luz de la luna.
—Una llave —contestó con orgullo, y me la puso en la mano.
La cogí y noté su agradable peso.
—Es muy bonita —dije—. ¿Qué abre?
—La luna —respondió ella, muy seria.
—Ah, podría serme muy útil —dije examinándola.
—Eso mismo pensé yo. Así, si hay una puerta en la luna, podrás abrirla. —Se sentó en el tejado con las piernas cruzadas y me miró con una amplia sonrisa en los labios—. Aunque yo no fomentaría esa clase de comportamiento insensato.
Me puse en cuclillas y abrí el estuche del laúd.
—Te he traído un poco de pan. —Le di la hogaza de pan moreno envuelta en un paño—. Y una botella de agua.
—Esto también es muy bonito —dijo ella con gentileza. La botella parecía enorme en sus manos—. ¿Qué hay en el agua? —me preguntó al mismo tiempo que quitaba el tapón de corcho y miraba dentro.
—Flores —respondí—. Y el trozo de luna que no está en el cielo esta noche. Lo he metido también.
Auri miró hacia arriba.
—Yo ya mencioné la luna —dijo con un deje de reproche.
—Entonces, solo flores. Y el brillo del cuerpo de una libélula. Yo quería un trozo de luna, pero solo conseguí el brillo azul de una libélula.
Auri inclinó la botella y dio un sorbo de agua.
—Es maravillosa —dijo, apartando unos mechones de cabello que flotaban ante su cara.


"El nombre del viento" - Patrick Rothfuss



Auri me esperaba sentada en una ancha chimenea de ladrillo. Llevaba el vestido que yo le había comprado y balanceaba distraídamente los pies descalzos mientras contemplaba las estrellas. Su fino cabello formaba alrededor de su cabeza un halo
que se desplazaba con el más leve soplo de brisa.
Pisé con cuidado al centro de una plancha de chapa del tejado. La plancha produjo un sonido hueco bajo mis pies, como un lejano y melodioso tambor. Auri dejó de balancear los pies y se quedó quieta como un conejillo asustado. Entonces me vio y sonrió. La saludé con la mano.
Bajó de un salto de la chimenea y vino corriendo hasta mí, la melena ondeando.
—Hola, Kvothe. —Dio un pasito hacia atrás—. Hueles mal.
Compuse mi mejor sonrisa del día.
—Hola, Auri —dije—. Tú hueles como una muchacha hermosa.
—Sí —coincidió ella, jovial.
Dio unos pasitos hacia un lado, y luego otra vez hacia delante, de puntillas.
—¿Qué me has traído? —me preguntó.
—Y tú, ¿qué me has traído? —repliqué.
Ella sonrió.
—Tengo una manzana que piensa que es una pera —dijo sosteniéndola en alto—. Y un bollo que piensa que es un gato. Y una lechuga que piensa que es una lechuga.
—Entonces es una lechuga inteligente.
—No mucho—dijo ella con una risita delicada—. Si fuera inteligente, ¿por qué iba a pensar que era una lechuga?
—¿Ni siquiera si fuera una lechuga? —pregunté.
—Sobre todo si fuera una lechuga —dijo ella—. Ya es mala pata ser una lechuga. Pero peor aún pensar que se es una lechuga.—Sacudió la cabeza con tristeza, y su cabello siguió su movimiento, como si flotara bajo el agua.
Abrí mi hatillo.
—Te he traído patatas, media calabaza y una botella de cerveza que piensa que es una hogaza de pan.
—¿Qué piensa que es la calabaza? —me preguntó con curiosidad, contemplándola. Tenía las manos cogidas detrás de la espalda.
—Sabe que es una calabaza —dije—. Pero hace ver que es la puesta de sol.
—¿Y las patatas?
—Las patatas duermen —dije—. Y me temo que están frías.
Auri me miró con unos ojos llenos de dulzura.
—No tengas miedo —me dijo; alargó una mano y posó brevemente los dedos sobre mi mejilla, y su caricia fue más ligera que la caricia de una pluma—. Estoy aquí. Estás a salvo.
[...]
Guardamos silencio mientras cenábamos. Esa era una de las normas que yo había ido aprendiendo por ensayo y error. No podía tocarla. No podía hacer movimientos bruscos. No podía hacerle ninguna pregunta que fuera ni remotamente personal. No podía hacer preguntas sobre la lechuga ni sobre la moneda verde. Si lo hacía, Auri se escondería en los túneles, y después pasaría días sin verla.



"El temor de un hombre sabio" - Patrick Rothfuss

jueves, 8 de marzo de 2012

Respuestas




Lo peor nunca fue imaginar las respuestas que desconozco.
Lo peor siempre es y será esta puta necesidad de seguir preguntando...

jueves, 1 de marzo de 2012

Cuatro puertas

Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.


"El nombre del viento" - Patrick Rothfuss

viernes, 24 de febrero de 2012

domingo, 1 de enero de 2012

Estoy aquí


http://letras.terra.com.br/shakira/35912/

Pinchar esta canción en una fiesta de nochevieja y tener que cortarla en el segundo minuto porque sientes que no podrás aguantar más tiempo la lágrima...