sábado, 20 de octubre de 2007

Karma

Resulta cuanto menos extraño, pero últimamente estoy coqueteando con el karma. Ya sabéis, es aquella teoría que dice que si haces el bien, te ocurren cosas buenas y si haces el mal, lo pasarás chungo... Al fin y al cabo, es una de las variantes del famoso “el tiempo pone a cada cual en su lugar”.
Los que compartís mi vida, sabéis que siempre he procurado hacer cosas buenas sin esperar nada a cambio, incluso llegando a sacrificar mi bienestar personal en pro del de otra persona. Pues bien, tonteando con este nuevo punto de vista, encontramos una nueva percepción mucho más alentadora: cuando te pasa algo bueno, tienes la reconfortante sensación de que no te ha caído del cielo, sino que te lo has ganado; y sucede lo mismo al contrario: cuando haces algo bueno sientes, en lugar de que puede caer en saco roto, que volverá a ti en forma de recompensa.
En cierto modo puede parecer un enfoque egoísta y quizá lo sea, pero en mi opinión no puede dejar de estar enmarcado dentro de la filantropía ya que, aunque “esperes” recibir algo a cambio, siempre partes de la base de hacer algo bueno...
Curiosamente, no fue el lado “bueno” el que me hizo plantearme esa opción, sino el lado “malo”. Fue una noche cuando, cansado de pensar en el daño que recibía de otras personas, decidí ver una capítulo de una serie llamada “Me llamo Earl” (gracias Nere). En ella, un chorizo vulgar guía sus acciones basándose en el karma, todo en clave de humor por supuesto.
Hasta ese momento, yo sufría pensando que no era justo dar lo mejor de ti a alguien y que te lo pague con dolor. Pues bien, esa noche pasó por mi mente una nueva idea: pensé en el daño que me hacía la otra persona y al mismo tiempo me daba cuenta de cómo se volvía contra ella de mil formas diferentes. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que a mí me va todo genial el problema no era cómo actuaba yo, sino hacia dónde enfocaba mis “buenas acciones”.
Creo que he descubierto, a base de ver a la otra persona cagándola una y otra vez, que no soy yo el que estaba equivocado. Por eso, últimamente cuando recibo una de esas habituales cagadas o veo una de los golpes que da la vida a los demás, no puedo evitar una leve sonrisa cargada no de superioridad sobre la otra persona, sino de compasión...
Quizá sea una simple casualidad, quizá sea el destino, quizá el karma exista o quizá sean cosas completamente independientes..., pero, al fin y al cabo, siempre resulta bonito creer en la magia y el destino.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro que la serie te hiciera ver la vida de otra forma. La verdad es que con el toque de humor que tiene, te hace plantearte muchas cosas, y tu lo has descrito muy bien. Besos!

Anónimo dijo...

PARA GEJOR
Te odio xq te quiero como a un amigo. Te odio xq cuando me ves llorar te duele. Te odio xq me haces sentir como en casa. Te odio xq te metes conmigo siempre que puedes. Te odio xq aunq no ataque una mierda, me sigues sacando. Te odio xq cuando entrenamos y me canso, te protesto y pasas de mi. Te odio xq a veces me mandas faenas importantes (la pequeña cerda). Te odio x tus "correre cmo si no estuvieras bien", que tanto me gustan. Te odio xq sigues esperando mi cara de moxuela. Te odio xq me cuentas algunas de tus movidas. Te odio xq eres más que mi mister

Mil millones de besitos

Anónimo dijo...

Te odio xq en las cenas de equipo cuidabas de mi y me llevabas hasta la puerta de mi casa. Te odio xq te enfadas si te digo que hay otro más wapo que tu. Te odio xq siempre te acuerdas de mi cumple, y el primer año me llamaste a las 12 y me dejaste flipada. Te odio xq eres el mejor

Más besitoss