miércoles, 4 de junio de 2008

Como un niño

Lo que parecía imposible va cogiendo forma poco a poco: cada vez estoy más cerca de volver a la escola d'estiu de Sedaví, con mi gente del año pasado.
No es demasiado dinero, son muchas horas y el trabajo es duro, pero todo eso vale la pena sólo por volver a sentirme niño durante un mes.
Por delante, cuatro semanas de juegos, excursiones, deporte y, sobretodo, diversión...

Los recuerdos de infancia son algo que no sólo nos acompañan durante el resto de la vida, sino que también marcan nuestro futuro. De hecho, en la gran mayoría de casos, el pasado suele renacer en el presente (la prueba la tenéis en estos últimos meses que habéis compartido conmigo).
Para mí es importante cada uno de esos recuerdos, cada ilusión; y la vida me ha enseñado que nunca es tarde para alcanzar un sueño.
Y ¿sabéis qué? Un sueño de la infancia no pierde ni una pizca de su valor cuando nos hacemos mayores, sino más bien al contrario: realmente ahora es cuando somos lo suficientemente maduros para vivirlo al máximo, apurando cada diminuta porción que lo compone.
Nadie dijo que con los años nuestros sueños fueran más fáciles de conseguir, ni siquiera que algún día consigamos alcanzarlos, pero os invito a todos a que lo intentéis.
Yo lo conseguí y os aseguro que fue lo más bonito que tuve nunca...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran video mister, si si, ya te lo dije, pero lo dejo x escrito
Me alegra saber que dentro de un mesecito o asi, desconectaras y haras el niño todo lo que quieres y más, me alegro
Muchos besitos