domingo, 25 de noviembre de 2007

El precio de la felicidad

Todos, alguna vez, nos hemos visto en la necesidad de tomar una decisión arriesgada.
Una decisión importante, de esas que pueden cambiar el resto de tu vida, en las que te juegas el todo por el todo.
Es como si vas conduciendo y, de repente, ves que estás a punto de chocar con alguien que se cruza delante tuyo. Sólo hay dos opciones posibles: frenar y esperar que el daño sea lo menor posible, o acelerar para intentar pasar ileso antes de que te cierren el paso completamente.
Pues bien, en la vida ocurre algo parecido porque suelen plantearse las mismas dos opciones: una más segura, basada en la minimización del riesgo y otra mucho más peligrosa, que ofrece las mejores recompensas.

Personalmente, aunque algunas veces he caído, siempre he elegido la opción difícil.
Siempre la más arriesgada, pero no lo he hecho esperando obtener ese gran tesoro. La verdadera razón para elegirla una y otra vez ha sido no darle a mi conciencia la oportunidad de echarme en cara algo que no hice porque, como dice la canción, "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió".
Quizá pienses que es cuestión de valentía porque, como leí hace años, "la verdadera senda de los valientes es su derecho indiscutible a la autodestrucción".
Dirás que hay que ser muy valiente para arriesgarlo todo a una sola carta, pero tal vez sea al contrario: quizá se es demasiado cobarde para enfrentarse a una sola noche más pensando "¿qué hubiera pasado si me hubiera atrevido...?"

No creo en los valientes. Al menos, no en los de ese tipo.
Muchas veces confundimos el valor con el anhelo de felicidad de las personas y el sacrificio que están dispuestas a realizar para conseguirla.
La verdadera valentía consiste en poner en peligro la falsa felicidad con la que nos hemos conformado, emprendiendo un camino hacia la que realmente merecemos...

Todos hemos nacido predestinados a algo bueno, sólo hay que atreverse a aceptarlo.
Quizá incluso antes de nacer, en una vida anterior, ya estaba escrito nuestro destino, por eso no podemos esperar a otra vida para lograr ser felices...
¿Yo? Seguiré arriesgándome.
¿Y tú? ¿Te atreverás a ser feliz?

d-.-b Canción del día: "Las oportunidades" - Andrés Calamaro
http://www.goear.com/listen.php?v=48013e9
http://www.letrascanciones.org/andres-calamaro/el-cantante/las-oportunidades.php

1 comentario:

Anónimo dijo...

El medico me decia que no era valiente el otro dia.. xq me caian las lagrimas cuando sali del quirofano pero joooooo no siempre se puede ser valiente
Besitossss. TQMMMUXOO